Über das geistige in der kunst

La espiritualidad radica en la esencia cromática de las cosas, y en la capacidad que tiene la óptica para definir la luz metaforizada en idea, esta reflejada en un arte autoreflexivo; así es la obra de Daniela Arboleda Rosati.

“Me apasiona… la posibilidad de construir una realidad que genere una emoción convertida en color, ese es mi mundo, el pigmento y la luz”. -Daniela Arboleda

A pesar de que los estudios de Goethe fueron desacreditados por la física moderna, su importancia radica en los hallazgos ópticos que se vinculan con la percepción, la psicología y la estética; valores que observamos en la obra de Rosati, una explosión de colores que emergen a partir de la luz y se mimetizan para forjar planos y volúmenes de formas caprichosas pero bien especificadas en su temática, que nos hacen reflexionar la vida misma, sus alteraciones y su futuro próximo; un trabajo que remite a las abstracciones expresionistas del color, que se funden dentro de un contorno simplificado animalístico, permitiendo descubrir la preocupación de la artista por registrar sus momentos vivenciales de una forma metafórica, pero también real de lo que ocurre con los seres vivos, muy similar en lo plástico a las valoraciones de la teoría de Kandisnky, quien valoró la expresión y la espiritualidad, otorgando mayor importancia en la materia del objeto reconocible, como lo determina Rosati en el reflejar su vida interior a través de la forma y el color.