La ilustración como arma de protesta
Juchitepec, Estado de México. ESTADO DE MÉXICO, sitio donde en los últimos años, el ambiente se ha tornado inseguro para habitar, que entre tanta violencia e impunidad, surgen muchas voces exigiendo justicia; dentro de ellas, la de Ana Karen San Emeterio, artista plástica que ha aprendido refugiarse en la creatividad y el arte, para manifestar su descontento por esta sociedad tan desequilibrada, llevando como estandarte a la ilustración.
Inició a aprender sobre el arte al estudiar la licenciatura en artes plásticas y con ella llegó la curiosidad por la ilustración, entonces cursó un diplomado en la Academia de San Carlos, impartido por Gerardo Suzán, un importante ilustrador mexicano, que ha destacado por su trabajo tanto nacional como internacionalmente. De ahí brincó hacia la ilustración editorial, tomando un taller de Creación y análisis de libros para niños con Roxanna Erdman en la Escuela Mexicana de Escritores. Para la creatividad nunca existirán límites, lo que llevó a Ana Karen a explorar otros recursos como el collage y el bordado para poder enriquecer su trabajo.
El tipo de ilustración que más realizo y con la que me siento cómoda es la tradicional y de técnica mixta. De los recursos que más echo mano son: acuarela, grafito, acrílico, collage y bordado sobre todo.
La ilustración ha estado inmersa en la infancia de todos, el primer contacto que tenemos con ella son los cuentos y libros ilustrados. Cuenta Ana Karen que creció con los clásicos: Los tres cerditos, Caperucita Roja y Cenicienta, sin embargo nunca sintió una conexión con las ilustraciones de esas historias, sino más bien con el momento de la lectura, cuando por las noches, antes de dormir, sus padres leían con ella.
Mi fascinación por los libros ilustrados comenzó hasta que empecé a pensar en la ilustración como algo que quería hacer. Algunos de los que más me significan son: “Otto: The autobiography of a teddy bear” de Tomi Ungerer, “Gorilla” por Anthony Brown, “The Enemy: a book about peace” de Serge Bloch.
La ilustración, al igual que cualquier otro mensaje, implica una estrategia para construirlo adecuadamente, nos cuenta las cuatro fases que sigue para poder conceptualizar sus imágenes:
1.- INVESTIGAR acerca de lo que se va a ilustrar, en caso de que sea un texto, lo lee varias veces, buscando emociones que detonen las palabras o los silencios. Conocer todas las posibilidades que se puedan abordar.
2.- BOCETAR; escribir ideas centrales, hacer mapas conceptuales con referencias visuales.
3.- MATERIALES; comenzar a elegir los materiales con los que se realizará y combinar colores para probar distintas paletas de colores.
4.- ELABORAR; conjuntar todo y dar vida a la pieza final.
En toda creación hay una fuente de inspiración y en el caso de Ana Karen, el entorno de violencia a la mujer, del que es testigo día a día, la ha llevado a decir BASTA mediante su serie:
Autodefensa o fosa: la decisión urgente que hemos de tomar las mujeres
Este trabajo, salió publicado en el segundo número de la revista digital “La que arde”, el fanzine abrió una convocatoria para este número en un momento en que el feminicidio y violencia de género cobraba más visibilidad y comenzaba a ser entendida como una problemática que afecta a nivel nacional y me pareció importante participar desde la ilustración en esta coyuntura, así que mandé mi trabajo.
Ante la creación de ilustraciones con temas tan crudos, surge la duda de cómo lograr armonía estética en sus composiciones cuando se tiene como “inspiración” un hecho violento. Pero para ella, no es un fin lograr “belleza”, sino que ve al arte como una herramienta de exploración tanto de su persona, de la relación que establece con el mundo y de su forma de entendimiento. Ve la ilustración como una forma de dar salida a todas esas exploraciones que surgen a lo largo de su vida y la determinan.
No hay un camino planeado, sólo seguir ilustrando y perfeccionando lo que hago.