La muerte es un fenómeno biológico que a todos nos llegará sin saber cuándo, cómo y en dónde. En este proceso, la ausencia se hace presente, y para los que aún estamos con vida, se convierte en un sentimiento que con el tiempo logramos sanar.
A pesar de que la presencia física no esté latente, una de las formas más conmovedoras de mantener viva la memoria de nuestros seres queridos es a través de la fotografía. A lo largo de la historia, la fotografía ha demostrado ser un medio poderoso que captura un fragmento de un momento especial, un instante histórico o la imagen de una persona, y lo preserva a lo largo de los años, permitiéndonos revivir esos recuerdos una y otra vez.
Sin embargo, si retrocedemos en el tiempo, nos damos cuenta de que tener una imagen que inmortalizara esos valiosos recuerdos solía ser complicado debido a las limitaciones técnicas y el equipo necesario, mucho más grande que las cámaras actuales o los dispositivos móviles. Es por eso que surgió una interesante ‘tendencia’ de retratar a personas difuntas, como una forma especial de honrar su memoria a través de la fotografía.
Si retrocedemos en el tiempo, tener una imagen con esos recuerdos era complicado por la técnica y el equipo que era más grande que las cámaras actualmente o los dispositivos móviles. Así que surgió una “tendencia” en retratar a personas difuntas..
La primera cámara fotográfica la creó Louise Daguerre en 1839, en su honor, el invento se le llamó como daguerrotipo que era una versión mejorada de la caja oscura y acortaba el proceso de captura.
La fotografía post-mortem en países Europeos se convirtió entre la sociedad una forma de tener un último momento con su ser querido. Se tiene registro de la primera fotografía de este tipo en agosto de 1839 con la aparición del daguerrotipo.
Al ser una técnica que llevaba mucho tiempo de tomar la foto y mantener a las personas sin que se movieran. Esta era la única oportunidad de fotografíar a una persona por el largo tiempo de exposición de la fotografía.
Algunos fotógrafos maquillaban al cuerpo antes de hacer la fotografía para disminuir la crudeza de la muerte.
En México uno de los fotógrafos destacados en esta practica fue Romualdo García a finales del siglo XIX y principios del XX. Él creaba retratos de personas fallecidas: niños, hombres, mujeres, ancianos, ya fuera en familia o acompañados de un solo familiar.
Esta técnica se convirtió en una tradición y era muy común que la gente quisiera retratar para darles el último adiós.
Romualdo García se encargaba de dirigir a sus sujetos. Los integraba en el escenario, agregaba muebles o accesorios, le abría los ojos del difunto y los acomodaba para aparentar que aún seguían con vida y en reunión con sus seres queridos. Todo para que el retrato luciera con naturalidad y algo de elegancia sin importar la clase social.
Referencias bibliográficas.
Nuño, A. (2021, agosto 19). La curiosa historia de la fotografía “post mortem”. El Confidencial. https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2021-08-19/muerto-historia-fotografia-post-mortem_3163484/
Fotografía post mortem en México: Romualdo García. (2017, febrero 27). AAVI BLOG. http://aavi.net/blog/2017/02/27/fotografia-post-mortem-en-mexico-romualdo-garcia/