En las cercanías del centro de Pachuca, justo en la esquina de la Avenida de La Raza, frente al mercado Juárez, se alza un edificio que ha capturado la atención y la curiosidad de pachuqueños y visitantes. Su imponente tamaño, arquitectura intrigante y rica historia lo convierten en un tesoro oculto en el corazón de la ciudad.
Para entender la magnitud de este lugar, retrocedamos en el tiempo. Siglos atrás, Pachuca era una ciudad minera de gran relevancia. La extracción de minerales preciosos como la plata y el oro atrajo la atención de naciones como Inglaterra, Estados Unidos y España, quienes se instalaron en la ciudad para explotar esta riqueza. Además, trajeron consigo tecnología innovadora que revolucionó la extracción y el procesamiento de la plata.
En 1670, durante el dominio de la Corona Española, comenzó la construcción del edificio de las Cajas Reales. Su propósito era claro: albergar barras de plata y oro, así como el azogue o mercurio necesario para el beneficio de la plata, que se vendía directamente bajo la supervisión de las autoridades mineras.
El nombre “Cajas Reales” refleja su función como centro de recaudación de impuestos para los dueños de las minas y los súbditos del virreinato. Aquí se recaudaban los quintos o impuestos destinados a la Corona de España.
La estructura del edificio presenta paredes gruesas que servían como bóvedas para resguardar las valiosas barras de metales preciosos y otros recursos. Además, alojaba los insumos vitales para la explotación minera, como el mercurio. La arquitectura de las Cajas Reales es un testimonio de su época, con elementos históricos notables.
Un plano histórico, realizado por José Joaquín García de Torres en 1774, revela la distribución interna del edificio. El diseño incluía dos escaleras, una antesala o recibidor junto a la puerta principal, dos salas principales a ambos lados, un corredor conectando el patio central, habitaciones, comedores, cuartos de mozos cerca de los comedores, cocinas y áreas de asistencia. En la parte trasera, se ubicaban corrales para animales, como gallinas y caballerizas, así como una bodega de azogue y espacios para cuestiones administrativas y contabilidad. Por último, el edificio contaba con una cochera.
En este plano plasma dos escaleras en el interior, la antesala o recibidor a un costado central de la puerta principal, de lado izquierdo y derecho se puede observar las salas principales, después del corredor o pasillo que comunica el patio principal, muy cerca de ahí se encuentra de lado izquierdo y derecho unas recamaras, posteriormente, las salas de asistencia, los comedores, los cuartos de los mozos que se encontraban a lado de los comedores y en seguida las cocinas. En la parte trasera del edificio había unos corrales para gallinas, caballerizas y la bodega de azogues, un cuarto donde se desarrolla todo los asuntos administrativos y de contabilidad; por último tenía una cochera.
A lo largo de los años, este edificio histórico se ha convertido en un vestigio de una época dorada de Pachuca. Para muchos, sigue siendo un punto de interés y curiosidad que evoca la intriga sobre su interior y su historia.
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Bibliografía.
Herrera, H. (2023, 2 de julio). Las Cajas Reales, un edificio histórico olvidado. Contando historias, desde el ordenador. https://contandohistoriasdesdeelordenador.blogspot.com/2017/08/las-cajas-reales-un-edificio-historico.html
(s.f.). Mediateca INAH. https://mediateca.inah.gob.mx/repositorio/islandora/object/fotografia:430350
(s.f.). http://docencia.uaeh.edu.mx/estudios-pertinencia/docs/hidalgo-municipios/Hidalgo-Monumentos-Historicos.pdf. http://docencia.uaeh.edu.mx/estudios-pertinencia/docs/hidalgo-municipios/Hidalgo-Monumentos-Historicos.pdf