¿Música igual a sonido?
Para ampliar el panorama y conocer lo que es el arte sonoro, iniciaremos por aclarar la diferencia que existe entre el sonido y la música; al escuchar la palabra “sonido”, podría pensarse inmediatamente en la música, ya que es la unidad básica para la creación de la música.
La música es un fenómeno que evoluciona con el tiempo, la cultura, y la sociedad; hablamos de armonía, orquestación, semántica, contrapunto, tiene características propias generadas por compositores, intérpretes y musicólogos. La música es abstracta y subsiste por si sola, es un lenguaje que comunica expresiones y evoca sentimientos.
El marco musical se conforma por un conjunto de elementos que van desde la forma del gesto al pulsar una cuerda de un instrumento, hasta la percepción de una obra escuchada. Por ser de carácter abstracto, puede unirse con las demás artes ya que no interfiere en ellas, sino que las complementa.
Por otra parte, el sonido es una vibración que al pasar por cuerpos u objetos de diferente material los hace temblar produciendo emociones con sinestesia, persigue un espectro, propicia la intervención espacial y dispone de distintas fuentes sonoras.
El sonido está inmerso en muchas disciplinas artísticas, pasando por la danza, el teatro, las artes visuales e incluso la arquitectura, siempre colaborando a crear nuevas experiencias. Se dice que la expresión más compleja en el campo del arte probablemente es la obra sonora, ya que el producto final es intangible, depende de las tecnologías de audio y se relaciona con el arte, la ciencia y la tecnología.
El sonido es utilizado para transportar al espectador a un espacio mas allá de lo visual, regresarnos a una época, no solo observar, sino hacernos vibrar, hacernos parte de una experiencia, es por eso que algunos artistas consideran las piezas de arte sonoro como acompañamiento de manifestaciones visuales para complementar una narrativa, pero también, es considerado como una expresión artística autónoma.
En México han surgido propuestas como: el audio arte, esculturas sonoras o bien, instalaciones que se complementan mediante el arte sonoro, es por eso que te compartimos una lista de 5 artistas mexicanos para que conozcas sus propuestas en torno al arte sonoro:
1.- Ariel Guzik:
Nacido en la Ciudad de México en 1960. Es un investigador, artista plástico, herbolario y músico sonoro. Su trabajo se impulsa desde la nostalgia que busca recuperar el juego y enlazar el arte con la ciencia y la naturaleza. Tiene como bases técnicas la resonancia, el electromagnetismo y la armonía natural; sus creaciones se rigen por un método de interacción entre el espectador y su contexto, generando así una transformación constante de la obra.
Es fundador del laboratorio de Investigación en Resonancia y Expresión de la Naturaleza, el cual se creó para diseñar artefactos que tengan el mismo fin, ser voceros de diversos fenómenos naturales, cuyo lenguaje se puede expresar a través del sonido.
Su obra “Holothurian” es una cápsula diseñada para enviar una planta en condiciones de oxigenación, temperatura y luz a las profundidades del mar y que con las vibraciones producidas por esta cápsula se logre captar la atención e intentar comunicarse con ballenas y delfines.
Es una cápsula hermética hecha de hierro solido y sin ventanas, con medallones de cuarzo que facilitan la aproximación de cetáceos a través de sonoras producidos en el interior.
2.- Manuel Rocha Iturbide:
Artista sonoro mexicano nacido en 1963 en la Ciudad de México. Estudio composición y piano en la Escuela Nacional de Música de la UNAM. Su interés en la música electrónica, instalaciones y esculturas sonoras lo llevan a la Universidad de Mills College en los Estados Unidos, donde hace la maestría en música electrónica y composición Posteriormente, al migrar a Paris, realiza una tesis doctoral en el área de estética, ciencia y tecnología de la música en la Universidad de Paris.
En 1997 crea una obra llamada “Ping-Roll” que consta de una mesa de aluminio cubierta de pelotas de ping pong, bajo ella hay 6 bocinas cuyas vibraciones cambian la condición estática de las pelotas.
Manuel explica que una pelota de ping pong tiene como función principal el rebote, que es un movimiento discontinuo, pero al rodar se vuelve continuo; expresa el experimento como una paradoja: mientras la bocina genera el ruido de una pelota rebotando, sobre la mesa la pelota puede rodar, creando una combinación de sonidos, algo muy parecido a la teoría cuántica.
La conexión del sonido y las esferas representan la cualidad de un electrón, el movimiento físico de las pelotas se genera gracias al movimiento acústico de las bocinas. Es aquí cuando se crea un mundo paralelo que se enlaza, el sonido que nos lleva a un estímulo visual y lo visual que nos lleva a un estímulo sonoro.
3.- Miguel Rodríguez Sepúlveda:
Nace en Tampico, Tamaulipas en el año de 1971.
En 1986 se va a vivir a Monterrey, Nuevo León donde estudia arquitectura, fotografía profesional e incursiona en las artes.
En 2009 funda el taller Multinacional, con el que busca contribuir al crecimiento de la cultura y las artes en México y construir un espacio para nuevas propuestas artísticas.
Sus obras son reconocidas por enlazar la historia, la economía y la política. Una de sus obras más emblemáticas es “Una historia de machetes”, la cual se compone de tres momentos que son: un video que muestra las chispas que se producen al afilar un machete, y ver cómo desaparecen en un instante; el segundo momento es una instalación de machetes que se mueven gracias a un ventilador. También suele agregar una parte viva, seria el tercer momento de esta exposición, donde muestra el proceso para afilar los machetes frente al publico, haciendo que el ruido llene la sala y se puedan apreciar las chispas cesantes mientras se proyecta un video de estas mismas.
Las 3 personas que manipulaban la maquina para afilar, seguían diferentes partituras, cada una con palabras en clave morse.
En la obra representan al machete como herramienta, pero también como un arma y el proceso al que se somete para afilarlo, hasta hacerlo un pedazo de fierro inútil, haciendo alusión a fenómenos sociales en nuestro contexto.
4.- Rodrigo Sigal:
Nace en la Ciudad de México en 1971.
Tiene un doctorado en Composición musical con medios electroacústicos en la Universidad de Londres, Inglaterra.
Él funda y dirige el Centro Mexicano para la música y las Artes Sonoras (CMMA) en Morelia, Michoacán, donde se especializan en la investigación y creación alrededor del fenómeno sonoro. Sus composiciones son de música electroacústica; reutilizando sonidos y ruidos de diversas fuentes sonoras.
Una de sus obras mas importantes y con la cual logró una mención honorífica en el Concurso Internacional de Composición “Luigi Russolo” (Italia, 2001) fue con “Twilight”, que forma parte de su álbum “Space Within”.
5.- Rogelio Sosa:
Nacido en la Ciudad de México en 1997.
Rogelio se desenvuelve en el ámbito del arte sonoro y la música experimental. Explora aspectos relacionados a la materia sonora, referencias auditivas y la performatividad.
Estudió en el Instituto de Investigación sobre Acústica y Música (IRCAM). En 2003 obtuvo una maestría en música y tecnología en la universidad de París.
Durante su trayectoria artística, se ha arriesgado a dejar atrás la música tradicional y explorar sonidos no convencionales:
“En este universo puedes sorprenderte constantemente, porque cuando sientes que tienes formula, llegas al hartazgo y vuelves a experimentar” Rogelio Sosa.
Su obra “Vinylika”, forma parte del álbum Raduales lanzada en 2011, es una combinación de ruido con electroacústica; es una de sus obras más escuchadas.
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Paisaje sonoro de la Ciudad de México en la Fonoteca Nacional - DifusionAr
6 noviembre, 2020 @ 3:26 AM
[…] de Rodrigo Sigal o concierto para 3 machetes de Miguel Rodríguez Sepúlveda, puedes dar click aquí para conocer […]
David
21 octubre, 2020 @ 3:04 PM
Mal postura de la concepción Arte sonoro y Música. Recomiendo revisar autores de rigor y hagan uso de sus citas en su página, ya que tergiversa el entendimiento.
Saludos